¿Conocías a “los chanchitos blancos” de la vid?

Planococcus ficus

Planococcus citri

Por: M. Sc. (c) Joao De Souza Pacheco

La vid (Vitis vinifera) es un cultivo pionero para las agroexportaciones no tradicionales del Perú, considerándose uno de los productos iniciadores para la época agrícola del país. Su cultivo en el Perú data del siglo XVI, poco después de la conquista, cuando le fueron otorgadas tierras de los Valles de Ica, Pisco y Nazca a cultivadores europeos, los cuales establecieron viñedos para producción de vino. a producción de vid se destina para 4 productos, la uva de mesa fresca, vinos, pisco y pasas. Se considera que el cultivo de esta fruta ha experimentado un comportamiento bastante dinámico y expansivo.

Entre las plagas más importantes de la vid, tenemos a los “chanchitos blancos”, “cochinilla harinosa”, “piojos harinosos” o mealybugs (orden Hemiptera, familia Pseudococcidae). Estos son pequeños insectos picadores chupadores los cuales constan de cuerpo blando, generalmente cubiertos por una cera harinosa blanca, que se alimentan del floema de las plantas y excretan melaza. Esta plaga afecta la productividad y calidad de la fruta desde la brotación hasta la cosecha. En el Perú se pueden encontrar 2 especies: Planococcus ficus y Planococcus citri. La cochinilla de la vid (P. ficus) es una plaga económicamente importante que se encuentra en los viñedos de todo el mundo; por otra parte, la cochinilla de los cítricos (P. citri) es otra plaga, que además de infectar a los cítricos alrededor del mundo, también se puede encontrar en los cultivos vitícolas. La discriminación morfológica entre ambas especies principalmente radica en el número y la distribución de los poros del disco multilocular y los conductos tubulares en las hembras adultas; aunque el análisis genético probablemente sea más fácil de aplicar.

La mayoría de las cochinillas de los viñedos pueden alimentarse de la raíz, el tronco, las hojas o los racimos de bayas de la vid. Sin embargo, existen diferencias en la cantidad de daño causado por cada especie, los lugares de alimentación preferidos y las tolerancias de temperatura. El daño por alimentación puede resultar en defoliación y, después de repetidas infestaciones anuales, puede causar la muerte de la vid. En los viñedos, P. ficus y P. citri excretan melaza que favorece el crecimiento de los hongos de la fumagina, lo que reduce la calidad y el valor de mercado de los racimos de uva, pudiendo inhibir la fotosíntesis y provocar defoliación.

Por otro lado, existen reportes que estas cochinillas blancas son capaces de trasmitir el virus 3 asociado al enrollamiento de la hoja de la vid (Grapevine leafroll-associated virus 3, GLRaV-3) que es uno de los virus de la vid más dañinos económicamente y más difundidos en todo el mundo. GLRaV-3 es un ampelovirus de partículas filamentosas limitado al floema, la cual ocasiona maduración tardía, rendimiento reducido y disminución del contenido de azúcar de bayas, lo que reduce calidad del vino. El GLRaV-3 no se puede transmitir mecánicamente (por ejemplo, mediante poda o maquinaria), pero es transmisible por injerto, por lo que las vides jóvenes infectadas pero asintomáticas al momento de la siembra siguen siendo una fuente potencial de enfermedad.

Debido a los residuos que dejan los productos químicos para el control del “chanchito blanco”, el control biológico surge como una gran alternativa. Entre estos, hay reportes del uso de predatores como Chrysoperla externa, Cryptolaemus monstruzieri. Sin embargo, el uso de entomopatógenos está  ganando terreno. Así, Mohamed (2016), evaluó Beauveria bassiana, Metarhizium anisopliae y Akanthomyces lecanii (anteriormente llamada Lecanicillium lecanii) contra adultos de P. ficus en condiciones de laboratorio (25°C y HR 80-90%), en donde encontró que B. bassiana fue superior a los otros 2 hongos, con un LC50 de 6×104 conidias/ml y LT50 de 5.3 días a 5×107 conidias/ml, causando una tasa de mortalidad  del 98% a esta última concentración. Asimismo, Avalos y Wilson-Klugg (2015) evaluaron la actividad entomopatógena de B. bassiana y A. lecanii en ninfas de P. ficus, encontrándose que, luego de 72 horas, los porcentajes de mortandad fueron 81.5 y 80.0% con A. lecanii, y 78.3 y 85.0% con B. bassiana, a las concentraciones de 106 y 107 conidios/mL, respectivamente. En otra investigación Karaka et al (2018), evaluaron B. bassiana, Cordyceps fumosorosea (anteriormente llamado Paecilomyces fumosoroseus) y Purpureocillium lilacinum; en donde inocularon estos hongos a 108 conidios / ml y encontraron que su aislado de B. bassiana fue más efectivo al matar a todos los insectos a 5 días después de la aplicación, mientras que Paecilomyces fumosoroseus y Purpureocillium lilacinum mostraron 96% y 82% de mortalidad en el séptimo día, respectivamente.

En estos reportes, se observa que B. bassiana es el hongo entomopatógeno más eficiente para controlar a la cochinilla blanca. Nuestros desarrollistas en Ecofertilizing han realizado varios ensayos con nuestra cepa de B. bassiana (BaB 8) con muy buenos resultados al controlar diferentes plagas. Si desea conocer más sobre nuestros productos y los diferentes ensayos realizados, le invitamos a visitar nuestra página web, así como nuestras redes sociales.

REFERENCIAS

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